Batalla de La Tablada

En la gloriosa y heroica campaña sostenida por nuestro pueblo en la Guerra de la Independencia Americana, resalta con vívidos fulgores la gesta del 15 de Abril de 1817. Todas las obras históricas que se han escrito sobre la epopeya de los quince años consignan en sus páginas esta acción guerrera cuya importancia y trascendencia se ha relevado justicieramente. Empero, pocos son los historiadores que le han dedicado un análisis circunstanciado. Menos aún, los que han hecho resaltar la decisiva intervención que les cupo a nuestros caudillos. Esto se justifica en cierto modo ya que, al tratar en conjunto quince largos años de permanente lucha irradiada en un extenso territorio, no es posible detenerse en el estudio minucioso de acciones aisladas.

Más, nosotros que anhelamos aportar nuestro modesto concurso para el mejor conocimiento del pasado histórico de nuestro pueblo, estamos obligados a analizar en sus faces y detalles mas importantes este episodio guerrero, aún a trueque de cansar a nuestros lectores. Creemos cumplir un deber de tarijeño. Y en ello nos apoyamos para encarecer a indulgencia de quienes nos lean.

Antecedentes

El General Belgrano, Comandante en Jefe del Ejército Auxiliar Argentino, había organizado su Cuartel General en Tucumán. Desde allí amparaba convenientemente las acciones del caudillo Martín Miguel Güemes que se esforzaba por desalojar al enemigo que invadió la circunscripción de Salta. Con la intención de auxiliar los movimientos de los guerrilleros altoperuanos, Belgrano decidió enviar un destacamento que se internara en el Alto Perú amagando Tupiza y Cotagaita, con el objetivo de llegar hasta Oruro. Era una maniobra muy difícil y atrevida, indudablemente, pero, de efectuarse conforme al plan preestablecido sus resultados habrían logrado incalculables ventajas para las armas patriotas.

Un proyecto de tanta envergadura debía confiarse a un jefe que reuniera las más sobresalientes condiciones de guerrero. Y éste fue el Teniente Coronel don Gregorio Aráoz de la Madrid.

El. valeroso y aguerrido jefe argentino partió de Tucumán el 18 de marzo de 1817, al mando de una columna compuesta por cien soldados del Primero y Segundo Regimiento de Infantería; dos Compañías del Regimiento Número 9 de Milicias de Tucumán; un Escuadrón del "Húsares" y dos piezas de artillería de montaña.

Al ingresar en territorio altoperuano, se informó que los caudillos tarijeños amagaban el valle hostigando sin descanso a las fuerzas de Mateo Ramírez. Supuso, acertadamente, que aquellos podían facilitarle cabalgaduras que tanto necesitaba para proseguir su marcha. Decidió pues, penetrar a Tarija; dio parte a Belgrano de su determinación y torció su ruta desde Sococha. La Madrid fue severamente apercibido por su General y jefe, cuyas instrucciones desobedeció, Refiriéndose a este episodio, escribe el Teniente Coronel argentino en sus MEMORIAS:

"Un día antes de Llegar a Tarija me alcanzó una comunicación del General en Jefe, en que me contestaba a la que le dirigí de San Carlos, indicándole que yo me proporcionaría los caballos en Tarija; se quejaba amargamente por haberme separado de sus instrucciones; pero con tanta fuerza, que me ofendí de reproche tan injusto en mi concepto; porque siendo los caballos el primer elemento para la empresa, no parecía propio que me lo hiciera quien no me los había proporcionado y mucho menos cuando de seguir sin ellos la ruta que se me indicaba, marchaba de seguro al precipicio, sin conseguir el objeto que el General se había propuesto".

A marchas forzadas siguió La Madrid en dirección a Tarija. El 8 de abril batió en Cangrejillos a una patrulla realista; su Comandante quedó muerto en el campo; fueron tomados seis prisioneros. Pocos días después trasmontó el "Abra del Gallinazo", situada hacia el Este de la región de Tolomosa, circunscripción de la actual Provincia del Cercado y descendió por la "Cuesta del Inca".

Rendicion